Cuidado de la piel antiedad: la diferencia entre crema y sérum

Puede que pienses que tu crema antiedad es todo lo que necesitas. Te explicamos por qué deberías considerar la posibilidad de incluir un sérum en tu rutina de cuidado de la piel antiedad.

Sérum antiedad

Después de los 35 años, los productos antiedad son esenciales en cualquier rutina de cuidado de la piel. Desde los péptidos hasta la vitamina C, los activos antiedad en tus productos de cuidado de la piel combaten los efectos del proceso de envejecimiento ayudando a contrarrestar el impacto de la pérdida de colágeno esencial y de ácido hialorónico, así como la ralentización del proceso de renovación de la piel, ambos responsables del envejecimiento de la piel. Sin embargo, cada ingrediente activo se absorbe de manera diferente, razón por la que los productos antiedad que elijas deben utilizarse de la manera correcta para obtener el máximo beneficio de tu tratamiento antiedad. Aunque las cremas con los ingredientes adecuados pueden ser un arma eficaz contra el envejecimiento, añadir un sérum a tu rutina puede ayudarte a potenciar los beneficios de las cuidadosas elecciones que estás haciendo para el cuidado de tu piel

Los sérums están diseñados para proporcionar una mayor concentración de ingredientes activos, en pequeñas y poderosas dosis que complementan la acción de la crema utilizada después. Más ligeros que los hidratantes, penetran en la piel más rápido, aportando activos en las capas más profundas y preparando la piel para los productos que se utilizarán a continuación.

Cómo aplicar el sérum antiedad: Tras preparar la piel con una suave limpieza y un tónico para eliminar cualquier residuo del limpiador, aplica el sérum (sin frotar) en la piel ligeramente húmeda, ya que así es más permeable. Asegúrate de que se ha absorbido por completo antes de pasar al siguiente paso de tu rutina de cuidado de la piel antiedad.

Crema antiedad

Los hidratantes antiedad y las cremas de noche son cremas normales a las que se les ha añadido ingredientes activos diseñados para mantener la piel tersa, alisar las líneas de expresión y las arrugas, o potenciar la luminosidad. Se trata de una acción integral en la piel, que incluye hidratación y beneficios específicos para varios signos del envejecimiento, pero asegúrate de elegir una formulación diseñada para tu tipo de piel. Evita los productos demasiado grasos o densos si tu piel es grasa; los productos agresivos o excesivamente químicos si tienes la piel sensible; o el talco, los seboreguladores y otros agentes antibrillo si tu piel es seca.

Cómo aplicar la crema antiedad: Una vez que el sérum haya penetrado completamente en la piel, aplica mediante un masaje la crema hidratante o SPF por la mañana, o la crema de noche por la noche, extendiéndola por todo el rostro y el cuello para fijar sus beneficios. Si utilizas una crema para ojos antiedad, lo mejor es aplicarla como paso final en tu rutina de cuidado de la piel, tras el hidratante.

Cómo elegir entre un sérum y una crema antiedad

Saber cómo utilizar las cremas y los sérums como parte de tu rutina de cuidado de la piel antiedad puede marcar una gran diferencia en la forma en la que tu piel absorbe todos estos activos y, en definitiva, en su eficacia a la hora de mantener tu piel en su mejor estado. Tanto los sérums como las cremas presentan distintas funciones para el cuidado de la piel y desempeñan un papel diferente en tu rutina de belleza.

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