¿CÓMO TRATAR EL SARPULLIDO POR CALOR O LA MILIARIA?

El sarpullido es un tipo de afección cutánea que se evidencia con la inflamación o irritación de un área de la piel. A este padecimiento también se le conoce con el nombre de eccema, dermatitis o simplemente erupción de la piel y su síntoma más común es la picazón de la zona afectada. En algunos casos, el sarpullido puede, a su vez, conducir a ampollas o áreas en carne viva, por lo que resulta necesario prestar oportuna atención y cuidado a su aparición para evitar posibles complicaciones.

Son distintas las causas que pueden originar el brote de esos puntitos rojos en la piel como sarpullido. De hecho, esta afección puede ser señal de tipos de cuadros clínicos muy diversos. Aunque ciertos factores genéticos hacen más propensas a algunas personas que a otras de sufrir estas consecuencias, puede haber agentes irritantes o alergénicos que desencadenan esta respuesta del tejido cutáneo, incluso hasta de forma inmediata.

En particular, hay un tipo de sarpullido en la piel con picor que se genera por efecto del calor y que también se conoce como erupción por calor o miliaria. En concreto, este tipo de afección se origina cuando el sudor, tras alguna actividad física o exposición a altas temperaturas, se queda atrapado en la piel. Aunque es muy común en los niños, los adultos pueden verse afectados por igual si están expuestos a condiciones de calor o humedad.

Si bien en muchos casos la erupción por calor suele desaparecer una vez la piel se ha enfriado, hay otros casos en los que resulta vital vigilar y atender sus síntomas, en especial si estos se prolongan o presentan otras características.

Al igual que otros tipos, el sarpullido por calor o miliaria se evidencia con la aparición de pequeñas protuberancias en la piel, enrojecimiento, inflamación, irritación y hasta sequedad o descamación, por lo general siempre acompañada de la picazón o escozor de la zona. Sin embargo, la erupción por calor tiene subclasificaciones en función del nivel de afección, por lo que sus síntomas pueden variar según cada tipo.

Los signos y síntomas varían según cada tipo de sarpullido por calor, tal y como se describe a continuación:

Miliaria cristalina

Es la manifestación más leve de este tipo de afección y se genera tras la obstrucción de conductos sudoríparos en la piel. La forma en que se presenta es con la aparición de pequeñas protuberancias transparentes llenas de sudor que se rompen fácilmente.

Miliaria rubra o roja

Esta forma de sarpullido por calor se genera a un nivel más profundo de la piel y también suele ser conocida con el nombre de sudamina. Comúnmente, se evidencia con la presencia de pequeñas protuberancias inflamadas en forma de ampollas que producen escozor y cosquilleo.

Miliaria pustulosa

Se presenta como una variación de la miliaria rubra o bien un tipo de sarpullido similar en la que las protuberancias típicas de la afección se llenan de pus, lo que incrementa la sensación de picor en la zona afectada.

Miliaria profunda

Es el tipo de sarpullido por calor menos común y, como su nombre lo indica, afecta la zona más profunda de la piel. Como consecuencia, las protuberancias son firmes, con forma de piel de gallina, y además de picazón también pueden llegar a generar dolor.

En relación a las zonas en las que se produce la miliaria en general, el sarpullido en la cara es común en algunos tipos de pieles, especialmente las más sensibles. En los adultos es frecuente que se presente en pliegues de la piel y en áreas donde hay roces con la ropa, por lo que es habitual el sarpullido en las piernas, brazos, cuello y pecho, así como el sarpullido en el cuello, manos, parte interna del codo e ingles.

Debido a que el sarpullido por calor puede presentarse de diversas formas y en distintas partes del cuerpo, siempre resulta importante identificar sus signos y ubicación para aplicar el tratamiento adecuado. Por lo general, la miliaria en el cuerpo suele desaparecer rápidamente, pero cuando se genera sarpullido en la cara, es importante considerar ciertas opciones para su protección e hidratación.

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