El estrógeno es generado de manera natural por el organismo en las mujeres que aún no han llegado a la menopausia. Cuando sus niveles disminuyen, se producen determinadas alteraciones fisiológicas. Algunas de las más comunes son los sofocos, sudores, fatiga nocturna, cefaleas, afecciones psicológicas como el nerviosismo, la ansiedad o la depresión, sequedad de la mucosa vaginal... Incluso a largo plazo se pueden dar pérdidas de calcio en los huesos, provocando osteoporosis, o incluso enfermedades cardiovasculares, debido a los cambios en el metabolismo lipídico.

¿Qué cambios hormonales durante la menopausia influyen en mi piel?
La menopausia es un proceso increíblemente complejo que no solo afecta al interior del cuerpo, también a la piel. Debido a que la piel es la ventana a tu cuerpo (de alguna manera...), tiende a mostrar signos de malestar con bastante rapidez.