Con este término no nos referimos a que no puedas comerlos nunca; todas merecemos un capricho de vez en cuando. No obstante, es importante que moderes su consumo y los evites siempre en la medida de lo posible. Tu cuerpo lo notará y te encontrarás mejor.
1. Reduce el consumo de sal. La ingesta excesiva de sal contribuye a la retención de líquidos, lo que puede provocar hinchazón y mayor volumen en abdomen, caderas y piernas. Asimismo, aumenta la tensión arterial y la posibilidad de sufrir diversas afecciones cardíacas. Por tanto, lo mejor será que comiences a reducir su consumo progresivamente. Seguramente te resultará raro al principio, pero poco a poco acabarás acostumbrándote.
¿Cómo sustituirla? Como alternativa, prueba a sazonar las comidas con otros condimentos, como pimienta, orégano o hierbas aromáticas. También puedes probar con un chorreoncito de limón o incluso con apio.
2. Intenta prescindir del café. Reduce al máximo la ingesta de café. Si no puedes evitarlo y eres de esas personas que no funcionan sin su taza diaria, te recomendamos que lo tomes únicamente por la mañana y evites ingerirlo durante la tarde. La razón es sencilla: la cafeína puede alterar la calidad del sueño, contribuyendo al ya de por sí incómodo insomnio que suele darse durante la menopausia. El resultado es un mayor cansancio al día siguiente, mayor irritabilidad y más inestabilidad ante el resto de síntomas de la menopausia.
¿Cómo sustituirlo? Puedes aficionarte a los tés y otras infusiones. Por supuesto, mejor sin teína. Existen infinidad de variedades que tienen efectos beneficiosos sobre la salud. Sí, las infusiones forman parte de la lista de alimentos para la menopausia. Y si son frías, ¡aún mejor!
3. Huye de los azúcares. En las primeras etapas de la menopausia es probable que sientas una falta de energía y un cansancio que te lleve a ingerir alimentos ricos en azúcar como bollería industrial, pastelería, galletas, etc. ¡Pero no debes hacerlo! El azúcar blanco presente en la mayor parte de los alimentos procesados puede hacerte sentir un efecto indeseado de cansancio e hinchazón. Además, contribuirá a que ganes peso y a una peor calidad de la piel.
¿Cómo sustituirlos? En lugar del azúcar tradicional, te aconsejamos que utilices la estevia. Este edulcorante de origen vegetal apenas altera el sabor de los alimentos y es natural. Y, para los antojos de dulce, come fruta, ¡las chucherías de la naturaleza!
4. Di ‘no’ a los alimentos procesados. Los alimentos procesados también forman parte del catálogo de alimentos prohibidos en la menopausia. ¿Por qué? Porque la mayoría de ellos contienen grandes cantidades de dos de nuestros enemigos: la sal y el azúcar. Sabemos que es difícil escapar a ello, ya que los estantes del supermercado están plagados, pero tendrás que hacer un pequeño esfuerzo. Lee las etiquetas y escoge los alimentos más saludables y bajos en estos componentes.
¿Cómo sustituirlos? Prioriza siempre los alimentos frescos y naturales en tu mesa. Incrementa el consumo de frutas, verduras, carnes blancas y pescados. Si te apetece picar algo entre horas, mejor frutos secos que procesados.
5. Reduce el consumo de carnes rojas. Este tipo de carnes pueden estar en tu dieta de alimentos para la menopausia, pero es aconsejable que reduzcas su consumo. Esto es debido a que una ingesta excesiva contribuye a la bajada del nivel de estrógenos, que es precisamente la hormona que más pierdes durante esta etapa.
¿Cómo sustituirlas? No tienes que abandonar el consumo de carne, simplemente intenta elegir otras más sanas, como la de pollo, pavo o conejo. El pescado, rico en omega 3, también es una excelente opción.
Bonus: ¡No bebas alcohol! Aunque de vez en cuando te apetezca una copita de vino, salir a tomar una caña, un brindis con los amigos… No abuses de ello. Las bebidas alcohólicas contribuyen al envejecimiento y el aumento de peso, deshidrata el organismo e incrementa la sensación de cansancio.