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Pat Dry: la mejor manera de secar tu rostro después de lavarlo

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Secar tu rostro después de lavarlo es parte de la rutina de todos los días, pero, cuando se hace de modo incorrecto, el secado de la cara puede maltratar la piel. ¿Cómo evitarlo? Tan simple como utilizar la técnica de secado correcta: el Pat Dry.

pat dryPat Dry: la mejor manera de secar tu rostro después de lavarlo
Pat Dry: la mejor manera de secar tu rostro después de lavarlo

¿En qué consiste el Pat Dry?

Este tipo de secado, efectivo y gentil al mismo tiempo, es el más recomendado por los especialistas en salud y belleza. Consiste en secar el agua que ha quedado sobre la piel presionando suavemente con una toalla que va recorriendo su superficie (sin frotar, dando ligeros golpecitos) tras la limpieza facial o después de tomar un baño.

La técnica no encierra misterio alguno. De hecho, el Pat Dry es una de las cosas más sencillas y beneficiosas que puedes incorporar a tus hábitos de cuidado facial y corporal de todos los días, y lo mejor es que no necesitas sumar productos o pasos adicionales a tu rutina. Solo tienes que prestar atención a unos pequeños detalles para adoptar este método.

Por qué es beneficioso para tu piel

Especialmente si tienes la piel sensible, secarte la cara mediante la técnica Pat Dry en lugar de frotarla después de limpiarla es la mejor opción. Los tirones de la toalla pueden causar irritación y hacer que la piel pierda elasticidad. Si te frotas alrededor de los ojos, es más probable que se formen manchas oscuras. Por el contrario, los suaves golpecitos con la toalla eliminarán la humedad sobrante sin dañar la piel de tu rostro.

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Pat Dry: la mejor manera de secar tu rostro después de lavarlo

Cómo secar tu rostro siguiendo la técnica del Pat Dry

Secar tu rostro con este método es fácil, solo tienes que seguir estos 4 pasos:

1.Utiliza siempre una toalla limpia y de uso exclusivo para tu cara. Elige un material que sea absorbente, muy suave y esté libre de agentes que puedan causar irritación a tu piel, como perfume o restos de detergente. Al estar la toalla limpia y ser de uso exclusivo para tu rostro, evitas la propagación de bacterias y otros elementos patógenos que podrían originar problemas o agravar una condición existente, como el acné.

2. Retira el agua con suaves golpecitos. Toma la toalla y, con gentileza, ve presionando la piel. Recuerda que es muy importante no frotar ni arrastrar la tela sobre tu rostro. Toquecitos, siempre toquecitos.

3. No seques la piel por completo. La idea es retirar el exceso de agua, pero mantener la humedad.

4. Aplica un producto hidratante, especial para tu tipo de cutis. Tan pronto hayas retirado el exceso de agua que quedó tras el lavado, aplica la loción o crema hidratante y nutritiva de tu preferencia. De esta manera, el producto sellará la humedad que ha quedado en tu piel, al tiempo que los nutrientes y otros elementos esenciales incorporados en su fórmula serán fácilmente absorbidos, con lo cual aprovechas todos sus beneficios. Te recomendamos Mineral 89 de Vichy, un sérum hidratante con ácido hialurónico.

Pat Dry: la mejor manera de secar tu rostro después de lavarloPat Dry: la mejor manera de secar tu rostro después de lavarlo
Pat Dry: la mejor manera de secar tu rostro después de lavarlo

¿Es malo usar la toalla como siempre?

Si llevas toda la vida arrastrando y frotando tu piel (la de tu rostro o la de tu cuerpo), para secar el agua tras el baño o la limpieza facial, has estado contribuyendo a su deterioro.

El arrastre de la toalla sobre la piel mojada conlleva una fricción que exfolia la piel cada vez que lo haces. Si bien exfoliar de vez en cuando la piel es una práctica saludable y beneficiosa, el realizarlo a diario y, peor aún, de una manera no consciente, altera el delicado equilibrio del PH de la piel, así como su microbioma.

La exfoliación intensa, cotidiana y sin control, destruye la capa de grasa natural. Esta no solo previene la pérdida de humedad de la piel, sino que también funciona como barrera protectora contra agresiones externas y agentes patógenos. En otras palabras: le estás quitando a la piel el escudo que la protege contra aquello que pueda dañarla. Puede que aparezcan rojeces e irritaciones, y también abres la puerta para que se generen infecciones y problemas de mayor envergadura. Por si eso fuera poco, la acción de frotar va estirando la delicada piel del rostro, por lo que, sin duda, va a favorecer la aparición de líneas, surcos y arrugas.

En conclusión, secarse con la técnica del Pat Dry es un hábito que vale la pena adquirir. Y no es difícil en absoluto. Como sucede con todo lo que supone un cambio en la rutina habitual, las primeras veces que incorpores el método Pat Dry a tu ritual de belleza deberás ser consciente de cómo lo haces; de esta forma no secarás tu rostro arrastrando la toalla, de modo automático y como siempre lo has hecho. Si eres constante, empezarás a secar tu rostro del modo correcto sin darte cuenta.

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