Un buen descanso es primordial para obtener la energía necesaria que nos permita tener un óptimo rendimiento diario. Pero también lo es para nuestra salud. La piel se ve afectada por la falta de sueño y el cansancio, lo que puede derivar en un envejecimiento prematuro.
Los efectos de descansar
La privación del sueño puede tener impacto en el desarrollo de ciertas enfermedades crónicas. Las personas que duermen poco tienen un mayor riesgo de sufrir afecciones como hipertensión, diabetes mellitus, obesidad, patologías cardiovasculares, depresión e incluso cáncer, y varias que también aumentan el riesgo de mortalidad.
En la piel se ha demostrado que el sueño restringido afecta a la apariencia física o estética facial. A lo largo del día estamos sometidos a cierto nivel de estrés, lo que genera vasoconstricción y, por ende, una menor oxigenación y nutrición de la piel. Los radicales libres atacan sus células y se produce una aceleración del envejecimiento.
La respuesta biológica de la piel ante la falta de sueño es:
● Daños a la función de barrera de la piel
● Inflamación
● Incremento en el nivel de cortisol, la conocida como "hormona del estrés"
● Estrés oxidativo de las células de la piel
Esto provoca efectos visibles en el rostro del individuo:
● Ojos rojos e hinchados
● Bolsas bajo los ojos
● Ojeras acentuadas
● Piel grasa
● Sequedad
● Piel más pálida
● Arrugas o líneas finas más marcadas
● Esquinas caídas de la boca
Durante el sueño este proceso se revierte: el flujo sanguíneo se incrementa, la epidermis está más oxigenada y nutrida, y se acelera el proceso de renovación celular. Además, un buen descanso beneficia al sistema inmunológico, lo que hace que la piel tenga mayor capacidad de recuperación frente a las agresiones. Al mismo tiempo, en la noche la piel se vuelve más permeable, por lo que absorbe mejor los activos presentes en los productos estéticos que aplicamos, como sérums o cremas. El resultado es una piel de aspecto más joven y sano.
Estudios
Diferentes estudios experimentales han abordado el impacto de no dormir correctamente, estas son algunas de sus conclusiones:
● Uno de ellos encontró que los sujetos con el sueño perturbado parecían marcadamente menos sanos, menos atractivos y más cansados, con cambios en varios parámetros de color de la piel.
● Otro estudio experimental encontró que la privación del sueño afecta a las características relacionadas con los ojos, la boca y la piel. Los investigadores informaron de que observaron bolsas, ojos rojos e hinchados, ojeras, piel más pálida, más arrugas y líneas finas de expresión, así como los extremos de la boca más caídos.
● En términos de envejecimiento de la piel, un estudio transversal de 60 mujeres encontró que aquellas que dormían menos de 5 horas por noche exhibían signos más intrínsecos de envejecimiento. Se observó una función de barrera de permeabilidad epidérmica reducida durante los períodos de estrés psicológico debido a la falta de sueño.
● El cansancio inducido por la jornada laboral puede alterar asimismo algunos signos faciales. Un experimento realizado en dos grupos mujeres caucásicas de diferentes edades, uno de 25 a 35 años y otro de 55 a 65 años, tomó fotografías estandarizadas de sus caras antes y después de un día de trabajo (mínimo de 7 horas).
Ambos grupos fueron juzgados un poco menos `jóvenes' y `más cansados' por la noche por un panel de evaluación. Las diferencias principales suponían un agravamiento de las bolsas de los ojos, las arrugas glabelares (las que afectan al entrecejo), el pliegue nasolabial y las patas de gallo.
El exposoma: dormir correctamente no es lo único que influye en el envejecimiento de la piel
Al hecho de tener un correcto descanso se unen otros que también tienen influencia en el nivel de envejecimiento de la piel. El exposoma se define como el conjunto de factores a los que el individuo se expone desde que nace hasta que muere, los cuales afectan al organismo tanto por separado como relacionándose entre sí. Estos son:
- La radiación solar
- La contaminación
- El tabaco
- El clima
- La dieta
- El estrés
- El sueño
Todos ellos inciden de un modo u otro en la salud del individuo, tanto de forma individual como conjunta. El organismo desarrolla respuestas ante su acción. Tanto, que se calcula que el 80% de las patologías y enfermedades vienen condicionadas por los factores externos, mientras que el 20% restante correspondería al factor genético.
De este modo se demuestra que la influencia de dormir bien en el grado de envejecimiento de la piel no es aislada, sino que se interrelaciona directamente con otros condicionantes. El más cercano sería el estrés, que tiene unos efectos sobre la salud y la apariencia facial muy similares a los que proporciona la privación de un buen descanso.