En el cuerpo humano, la piel es el órgano más grande. Su función es proteger los órganos y tejidos internos del entorno, conteniendo todo el sistema circulatorio, linfático, musculoesquelético, etc. Asimismo, la piel es crucial en el mantenimiento de la humedad del cuerpo y de las temperaturas adecuadas para la vida, aislando al individuo del frío y el calor extremos.
En caso de agresión a nuestro organismo, la piel cumple su objetivo de ser una primera barrera que evite daños internos, que siempre serán más graves que los externos. La piel humana tiene varias capas y una de ellas recibe precisamente el nombre de barrera protectora de la piel.
¿Qué es la barrera protectora de la piel?
También denominada como barrera cutánea, es la parte más exterior de la piel, que incluye la capa más externa de la epidermis, llamada estrato córneo. Dicho estrato se conforma mediante la sucesión de capas de células cutáneas unidas entre sí mediante lípidos. También hay aminoácidos y ácidos grasos. Mientras que las células componen una especie de muralla, los lípidos permiten la circulación de agua y otros agentes hidratantes.
Agentes que dañan la barrera protectora de la piel
La función de la barrera cutánea es proteger el organismo interno de estos agentes, que serían mucho más dañinos de penetrar en nuestro cuerpo. No obstante, el paulatino deterioro de la barrera protectora de la piel causará que esta deje de realizar su función con eficacia, exponiéndonos a daños que irán perjudicando nuestra salud. Por eso es necesario conocer los agentes dañinos que perjudican esta barrera protectora de la piel.
Agentes o factores internos
● Dieta incorrecta.
● Estrés.
● Predisposiciones genéticas.
● Cambios cíclicos de la piel.
Agentes externos
● Agresiones mecánicas (rozaduras, golpes, contusiones, laceraciones, etc.).
● Rayos UVA y UVB.
● Frío y calor extremos.
● Polución y suciedad.
● Polen, polvo y otras partículas, especialmente aquellas que causen alergias.
● Humedad excesiva o insuficiente.
● Agua salada o cloro.
● Condiciones metereológicas dañinas.
● Cambios estacionales.
Agentes relacionados con nuestros hábitos y modos de vida
● Limpieza insuficiente o excesiva.
● Afeitados, depilaciones, exfoliación excesiva.
● No retirar correctamente el maquillaje a la noche o no dejar respirar la piel lo suficiente.
● Insuficiente producción de vitamina D por falta de exposición al sol.
● Procedimientos dermatológicos.
● Uso incorrecto de cosméticos por no ser adecuados para el tipo de piel o por ser incompatibles entre sí.
Cuidar la barrera protectora
Si proteger a quien nos protege es un modo de protegernos a nosotros mismos, debemos aplicar esta máxima a nuestra piel. Su salud repercutirá en nuestro bienestar durante toda nuestra vida. Es esencial hidratar y nutrir la piel, en especial la más sensible. Y por encima de todas destaca la piel del rostro. Nutrir la piel de la cara es fundamental.
El primer paso de la nutrición es la hidratación. Un potente aliado para esta labor es el Sérum Hidratante con ácido hialurónico de efecto inmediato de Vichy. Este famoso ácido deja de producirse en nuestro cuerpo según cumplimos años y es clave para retener moléculas de agua, hidratando en profundidad los tejidos de la piel. Este sérum, además de hidratar, ilumina la piel, la suaviza y rellena las arrugas.
Prevenir las agresiones contra la piel
Con la lista expuesta de agentes agresores de la piel podemos establecer cómo debemos de prevenir la exposición a ellos. Usar factores protectores contra la radiación solar y ropa adecuada a cada clima y entorno reduce la vulnerabilidad de la piel.
También es imprescindible saber elegir nuestros productos de limpieza y aseo personal y mantener una rutina de higiene que no sea insuficiente ni demasiado agresiva. Evitar la exposición a los agentes agresores o, al menos, reducirla, está en nuestra mano.
Pero además de evitar dicha exposición a las agresiones contra la piel y mantenerla hidratada, necesitaremos nutrirla.
Nutrir la piel nos protege
Si la hidratación es el primer paso de la nutrición, tras ella tenemos que asegurar que la piel recibe los demás nutrientes necesarios. Además de una dieta correcta para nutrir la barrera cutánea desde dentro, podemos escoger productos cosméticos que la reparen, la fortalezcan y aporten nutrientes de calidad.
Un buen aporte de antioxidantes resulta básico, ya que la oxidación es el proceso químico que va generando muchos de los efectos que asociamos al envejecimiento de la piel. Vichy pone a nuestra disposición su Tratamiento anti-edad Liftactiv Supreme. Este tratamiento de día con efecto hidratante contiene cafeína antifatiga y antioxidantes, junto a otros compuestos que mejoran la firmeza y la elasticidad de la piel.
Una barrera protectora de la piel que esté bien nutrida, hidratada y que conserve su elasticidad y firmeza no solo nos protege mejor, sino que nos proporciona una apariencia más joven, relajada y luminosa.
Conjuntar una rutina de cuidados cosméticos de la barrera protectora de la piel con una dieta sana y hábitos saludables supone invertir en nuestra salud para toda la vida.