Como ya sabes, la menopausia trae aparejada una serie de cambios que nos afectan a nivel físico y también psicológico. Uno de ellos, que puede resultar especialmente molesto y afectar a la calidad de vida, es la sequedad vaginal en la menopausia, un problema que afecta prácticamente a la mitad de las mujeres tras superar esta etapa de sus vidas.
Existen dos factores clave en el mantenimiento de una salud vaginal adecuada, que son la mucosa y la flora. La mucosa se produce de forma natural en las paredes de la vagina para mantener la zona hidratada, actuando como un lubricante natural. Por su parte, la flora vaginal también es imprescindible para mantener un buen estado de salud. Esta se conforma por el conjunto de microorganismos que habitan y protegen naturalmente la vagina. Si se produce un desequilibrio entre mucosa y flora, el flujo vaginal disminuye y se produce una escasa hidratación, con la consecuente sequedad vaginal.
¿Por qué es frecuente la sequedad vulvar tras la menopausia?
Esta afección no está únicamente ligada a la falta de la menstruación en las mujeres, sino que puede venir motivada por otras causas. Algunas de las más frecuentes son la ingesta de anticonceptivos, de antihistamínicos, la medicación hormonal indicada para tratar determinados tipos de cáncer, infecciones vaginales o incluso periodos de estrés y depresión.
Sin embargo, es frecuente que se produzca esta sequedad vaginal tras la menopausia debido a los cambios biológicos que se producen en el cuerpo de la mujer durante este periodo y que favorecen su aparición.
Los estrógenos provocan una regeneración del epitelio que recubre las paredes de la vagina. Al caer los niveles hormonales de estrógeno, también lo hace la proliferación de este revestimiento interno. Así, las capas del epitelio decrecen y se hacen más delgadas. Esto provoca un aumento de la sensibilidad, ya que las terminaciones nerviosas se sitúan más cerca de la superficie, provocando el dolor.
Por otra parte, los estrógenos también tienen incidencia en el pH del epitelio urovaginal, manteniendo la flora en buen estado. Así, cuando los niveles hormonales descienden, también lo hacen los microorganismos beneficiosos del interior de la vagina, favoreciendo la aparición de infecciones.
Por otra parte, los estrógenos también tienen incidencia en el pH del epitelio urovaginal, manteniendo la flora en buen estado. Así, cuando los niveles hormonales descienden, también lo hacen los microorganismos beneficiosos del interior de la vagina, favoreciendo la aparición de infecciones.
¿Cómo me afecta la sequedad vaginal tras la menopausia?
Esta situación puede provocar una sensación frecuente de malestar e incomodidad en la mujer, afectando a su calidad de vida. Aparte de sequedad y picor, otros síntomas comunes son la sensación de irritación, dolor y ardor. Además, es frecuente que la falta de flujo origine dificultades a la hora de tener relaciones sexuales, haciendo que estas sean poco placenteras y hasta dolorosas.
¿Cuál es el mejor tratamiento para aliviar la sequedad y el picor?
A pesar de ser una de las molestias más frecuentes durante esta época de nuestras vidas, hay muchas mujeres que no lo consultan con el especialista, al considerarlo un trastorno habitual. Sin embargo, es muy importante que acudas a tu ginecólogo si esto te ocurre para que pueda hacer una valoración de tu caso, identificar la raíz del problema y buscar la solución más adecuada para ti. Descuidar la sequedad vulvar y el picor puede dar lugar a afecciones más graves, como la atrofia vaginal o la vaginitis atrófica.
Los tratamientos más comunes para combatir estos problemas son:
- Lubricantes naturales para la menopausia: se aplican a la hora de tener relaciones sexuales para evitar que su práctica resulte dolorosa.
- Hidratantes vaginales: un tratamiento continuado para mantener sanos e hidratados los tejidos vaginales.
- Tratamientos hormonales locales: aplicados en forma de crema, óvulos, comprimidos o anillos vaginales, proporcionan bajas dosis de estrógenos para mejorar la humedad y el grosor de los tejidos de la vagina.
Otros hábitos que puedes adoptar como método de prevención
Tú también puedes contribuir a favorecer la salud de tu zona íntima siguiendo unos sencillos hábitos:
- Evita el uso de jabones, perfumes o desodorantes agresivos en la zona vulvovaginal, ya que pueden alterar el pH natural de las mucosas. Elige lubricantes naturales para la menopausia de base acuosa y evita los que tienen olores y sabores.
- Mantente hidratada. Bebiendo mucha agua favorecerás la hidratación de la mucosa vaginal y, por tanto, la producción de flujo. Así ayudarás a prevenir infecciones y a tener unas relaciones sexuales más satisfactorias.
- Disfruta de una vida sexual activa y plena. Practicar relaciones sexuales es una forma natural de estimular la producción de flujo vaginal. Se mejora la vitalidad de la mucosa, se incrementa la circulación sanguínea y se favorece la hidratación vaginal. Los preliminares son importantes para incitar la excitación y el deseo y, por ende, evitar la sequedad.
- Presta atención a ciertos medicamentos. Determinados fármacos antidepresivos, antihipertensivos, antiulcerosos y antihistamínicos pueden provocar también un efecto secundario de disminución de las secreciones vaginales.
Ya ves que la sequedad vaginal tras la menopausia es una afección generalizada, pero tiene tratamiento y solución. Consulta a tu ginecólogo y mantén unos hábitos de vida saludables para mejorar tu hidratación vaginal.