El cuidado de la piel cumple es importante para la salud, pero también cumple una función estética. Queremos tener una piel sana, pero a su vez que se vea bonita y reluciente. Por este motivo, mucha gente se pregunta: ¿qué tipo de piel tengo y cómo la puedo cuidar adecuadamente? A continuación, podrás descubrir cuáles son los diferentes tipos de piel y cómo averiguar cuál es la tuya.
¿Cómo saber qué tipo de piel tengo?
Hay muchos tipos de piel, y no nos referimos al color o a las tonalidades. Nos referimos al estado en que se encuentra cada piel. Una persona de piel muy clara puede tener el mismo tipo de piel que una persona más morena, por ejemplo.
A continuación, te enseñaremos las cinco categorías de piel conocidas y cómo saber qué tipo de piel tienes. En función de la descripción de cada tipología y de nuestro test online desarrollado por expertos dermatólogos, podrás saber cuál es el tipo de piel que tienes y cómo debes cuidarla.
Piel normal
Se puede decir que los hombres y mujeres que tienen la piel normal son unos afortunados. Su piel es suave, pero al mismo tiempo, resistente. Comprobarás que es así si tu piel no se irrita con facilidad. También es un indicativo que la textura de la piel no sea ni muy seca ni muy grasa.
Para el cuidado diario, la gente con piel normal lo tiene muy fácil, ya que la mayoría de productos son indicados. No obstante, es necesario que apliques una serie de tratamientos para mantenerla sana.
● Utiliza exfoliantes vez por semana como mínimo. Te ayudarán a eliminar manchas e impurezas.
● Evita el estrés y los nervios, ya que tu piel podría alterarse.
● Utiliza crema solar si vas a estar expuesta a la luz del sol.
● Las cremas faciales ayudarán a mantener la circulación. Aplícalas sin abusar, como mucho un par de veces por semana.
Piel sensible
No hay piel que no se vea afectada por factores tanto internos como externos. Sin embargo, la piel sensible se caracteriza por la enorme facilidad de reaccionar ante cualquier cosa. Con el estrés, la luz del sol o el frío, la piel sensible se enrojece o se irrita fácilmente.
Este tipo de piel necesita, aparte de los cuidados que minimicen las reacciones, tratamientos de protección que le hagan más resistente.
● Cuida la alimentación, recuerda que todo lo que hagas o a lo que estés expuesta, afectará a tu piel. Las comidas picantes en especial irritan mucho la piel sensible.
● Cuando limpies tu piel facial, no frotes con fuerza la toalla al secarte. Hazlo con suavidad.
● Evita el uso de perfumes, ya que son el caldo de cultivo para una irritación casi segura.
● Siempre que compres productos para el cuidado de la piel, que estos sean indicados para pieles suaves.
Piel seca
El motivo por el cual existen pieles secas es porque estas retienen menos humedad y, por lo tanto, la hidratación es más complicada. Las pieles ásperas o descamadas son ejemplos de piel seca.
Es una piel que también es propicia a irritarse, sobre todo en ambientes secos, valga la redundancia. Todo cuidado relacionado con este tipo de dermis está enfocado a la hidratación.
● El uso de aceites sirve para aliviar la sequedad de la piel y mantenerla hidratada. Que no te sepa mal aplicarlos diariamente.
● Además de una dieta saludable, intenta beber como mínimo dos litros de agua al día.
● Cuando te expongas al sol, trata de aplicar protectores solares que te protejan de la radiación.
Piel mixta
Como su propio nombre indica, piel mixta implica que algunas partes de tu tez son más grasientas, mientras que el resto son normales. En la mayoría de casos, las impurezas y la presencia de grasa se encuentra en la llamada zona T, que incluye frente, nariz y barbilla.
Aunque solo deberás centrarte en esta zona en particular, igualmente hay que tratarla bien para que quede en armonía con el resto de la piel facial.
● Evita el uso de aguas o muy calientes o muy frías.
● Aplica cremas faciales suaves de manera regular.
● Limpia tu rostro a conciencia cuando te duches y seca tu cara con suavidad.
Piel grasa
Las pieles grasas suelen tener más brillantez y en momentos de estrés o de falta de cuidado, aparecen granos y poros de gran tamaño. Es uno de los tipos de piel que requieren más constancia en los cuidados.
Aunque es más difícil de cuidar, un exceso de tratamiento puede ser contraproducente. Lo que importa en las pieles grasas es el cuidado rutinario. Si lo mantienes, podrás obtener una piel cuidada y sin evidencias de grasa.
● Limpia tu rostro cada noche antes de acostarte, y si es con jabón mejor. La idea es que los poros de la cara puedan respirar.
● Usa un exfoliante suave una vez a la semana.
● Los productos faciales que utilices deben ser para pieles grasas.
● Evita la tentación de tocar los granos o puntos negros, y más aún de reventarlos.