¿Cómo proteger tu piel del frío con bajas temperaturas? Los mejores Tips
Durante el invierno, la piel puede deshidratarse y presentar descamación, grietas, o una sensación de tirantez. Se vuelve también más sensible, propensa a la aparición de sabañones e, incluso, puede tornarse rojiza y padecer una ruptura de capilares en los pómulos. Descubre por qué tu piel está más sensible en invierno y sigue estos consejos para proteger tu piel del frío para evitar que te ocurra.
¿Por qué la piel se daña con el frío?
La piel es el órgano de mayor extensión en todo el cuerpo humano. En los adultos, su superficie puede alcanzar hasta los 2 metros cuadrados y tener 1,3 milímetros de espesor. Sin embargo, también es uno de los órganos al que menos importancia le damos en ocasiones, ya que la piel no se limita al rostro, que es la única parte a la que se le suele dar mayor protección. La piel abarca todo nuestro cuerpo, y eso incluye también la de las manos y los pies.
Durante el invierno, la piel se vuelve más sensible y propensa a sufrir daños. Las zonas que más se ven afectadas son el rostro y las manos que, generalmente, están descubiertos. El resto de la piel, como es lógico, está protegida por la ropa de abrigo con el objetivo de poder entrar en calor.
Con las bajas temperaturas, la piel se deshidrata porque hay un desequilibrio en la barrera de protección de la misma. No solo influyen las bajas temperaturas, también entran en juego agentes externos como el viento o la menor humedad del ambiente. Esto hace que la piel se torne más frágil y pierda elasticidad.
Manos resecas por el frío
Los cambios y afecciones en la piel por el frío no se limitan al rostro y cuello. También es importante mantener las manos protegidas. Con el descenso de temperaturas, éstas se enrojecen y el riego sanguíneo disminuye. La sequedad en las manos, que es una de las afecciones más comunes, se produce porque las manos carecen de glándulas sebáceas (las que producen la grasa). Por este motivo, es posible que aparezcan los molestos sabañones o eritema pernio, y es por ello que hay que utilizar crema de manos para rehidratar la piel.
Los sabañones suelen aparecer en niños y personas con baja masa corporal, aunque también pueden aparecer en casos de mala circulación, artritis reumatoide e, incluso, por predisposición genética, y se producen por la exposición continuada al frío y la humedad. Se caracterizan por una sensación de quemazón y hormigueo acompañado de comezón y enrojecimiento. En casos severos, pueden aparecer ampollas.
Los mejores consejos para proteger la piel del frío
Mantén la piel limpia e hidratada
La limpieza es fundamental para proteger la piel del rostro del frío. También es importante mantener la piel bien hidratada para evitar la sequedad. Se recomienda el uso de productos suaves, sin fragancia y que ayuden a reducir la sensación de tirantez.
Además de hidratar la piel para evitar la sequedad, es importante añadir ácido hialurónico a tu rutina de belleza como Minéral 89, así como un poco de colágeno, porque una piel seca suele presentar irritación, enrojecimiento y las arrugas pueden acentuarse más.
El ácido hialurónico ayuda a mantener la piel debidamente hidratada, mientras que el colágeno devolverá la elasticidad que se puede perder con el frío. Por supuesto, tampoco olvides la protección solar; a pesar de los días nublados y bajas temperaturas, los rayos UV siguen filtrándose y dañando la piel.
En cuanto a las manos resecas por el frío, nada como una hidratación constante, pero suave, y no te olvides de protegerlas con guantes. Eso sí, no abuses de su uso para que puedan transpirar adecuadamente.
Utiliza agua templada
El agua caliente no es la mejor aliada para tu piel. A pesar de las bajas temperaturas, las duchas y baños con agua muy caliente no son recomendables para la piel durante la temporada de invierno. El motivo es que la piel suele resecarse más cuando se somete a cambios drásticos de temperatura y, por mucho frío que tengas, lo más aconsejable es utilizar siempre agua templada.
Pero, ¿por qué no entrar en calor con un baño caliente? Porque la piel, al estar bien protegida durante el día, no respira como es adecuado; la ropa impide la transpiración y, en consecuencia, la piel se reseca más. Esto se vuelve más latente si te das una ducha o baño con agua caliente. Después de la ducha, aplica cremas hidratantes o aceites en todo el cuerpo.
Presta especial atención al cabello. Tampoco debes de utilizar agua caliente porque la piel del cuero cabelludo comienza a descamarse a causa de la sequedad. Además del agua templada, es recomendable que los últimos segundos de lavado del cabello sean con agua fría para que se cierren las cutículas y el pelo pueda tener más luminosidad. Aplica, además, mascarillas capilares para aportar cuidado extra a la piel del cabello.
Protege los labios del frío
En invierno, la piel de los labios se reseca y agrieta. Utiliza bálsamos especiales para el cuidado de los labios. No tires del maquillaje, sino de productos diseñados especialmente para restaurar la piel de los labios, y bebe mucha agua. El agua, en general, ayuda a mantener todo el cuerpo hidratado, y eso incluye la piel.