Cuando llega la menopausia también hacen acto de presencia los sofocos y sudores, especialmente en las épocas de más calor. ¿Cuál es la diferencia entre sofocos y sudores? ¿Cómo se pueden identificar? A continuación, te explicamos cómo puedes distinguirlos.

Lo primero que debes saber es que los sofocos y los sudores pueden ser nocturnos, pero cada uno de ellos tiene sus propias particularidades. Presta atención a los siguientes detalles:

● Sofocos nocturnos: se les conoce como sudores de menopausia o sudores nocturnos. Es el síntoma más característico de la transición a la menopausia y se presenta durante el día y la noche, siendo más habituales a la hora de dormir. Se reconocen fácilmente porque llegan con un calor repentino que resulta agobiante y se puede presentar de forma más intensa en la cara, el cuello o el pecho. Además de sentir calor, puedes mostrar los siguientes síntomas secundarios:

 

○ La piel adquiere un aspecto ruborizado.

○ Se acelera el ritmo cardíaco.

○ Pueden producirse escalofríos por una pérdida de temperatura cuando termina el sofoco.

○ Sensación de ansiedad.

○ Sudoración en la zona superior del cuerpo.

 

Cada mujer presenta sofocos con una intensidad y frecuencia diferente. Estos síntomas suelen producirse por los cambios hormonales, concretamente, la disminución en los niveles de estrógeno que sensibilizan el hipotálamo ante los cambios de temperatura corporal.

 

● Sudores: Los sudores nocturnos en mujeres se suelen presentar por la menopausia. Sin embargo, es cierto que pueden manifestarse por otras cuestiones como una temperatura ambiente muy alta o estrés.

Lo más habitual es tener sudores nocturnos sin fiebre y suelen estar vinculados a mecanismos de enfriamiento corporal. Cuando estás expuesto a altas temperaturas, el hipotálamo busca una forma de bajar la temperatura corporal y lo hace mediante la sudoración. Además de que pueden suceder por la menopausia, los sofocos corporales, también son consecuencia de:

● Beber bebidas estimulantes como el café, el té o el alcohol.

 

● Tomar alimentos muy calientes, grasos o picantes, especialmente antes de la hora de dormir.

 

● Estar expuesto a situaciones de estrés, miedo o ansiedad.

 

● Tener hiperhidrosis: consiste en la liberación de sudor de forma excesiva debido a la hiperactividad de las glándulas sudoríparas.

 

Como comentamos anteriormente, los sudores nocturnos en la menopausia son usuales por una causa hormonal.

Ahora que ya sabes la principal diferencia entre sofocos y sudores, te contamos cómo puedes prevenirlos. Hay ciertos hábitos que puedes llevar a cabo de forma natural para disminuir el impacto de los sudores nocturnos en tu vida. Si estás comenzando la menopausia, los médicos recomiendan una serie de hábitos nuevos antes de comenzar con un tratamiento.

● Enfría el dormitorio para mantener una temperatura corporal más estable.

 

● Bebe pequeñas cantidades de agua fría antes de ir a dormir.

 

● Coloca un ventilador en la habitación y prográmalo para que gire.

 

● Vístete de manera que puedas quitarte capas de ropa cuando sientas calor.

 

● Ten un ventilador portátil a mano.

 

● Evita consumir alcohol, las comidas picantes y la cafeína, ya que pueden empeorar los síntomas de la menopausia.

 

● Evita fumar.

 

● Mantén un peso saludable.

 

Por último, los sudores nocturnos y la ansiedad están muy vinculados. Procura evitar los entornos estresantes y practica yoga o taichí para relajar tu mente. Es fundamental saber cómo autogestionar el estrés para disminuirlo y dormir mejor. El ejercicio es una manera fácil de liberar estrés y si te decantas por una actividad como el yoga, mejor. Esta práctica permite relajar la mente y el cuerpo.

Aunque la diferencia entre sofocos y sudores parece evidente, te contamos que guardan un rasgo en común: tienen consecuencias secundarias en la piel. Esto se debe a que disminuye la producción de colágeno, lo que hace que la piel se vuelva más fina y menos firme en algunas zonas del cuerpo como la cara. Además, la piel puede desgastarse con la exposición solar del día a día.

Sin embargo, con la siguiente rutina de cuidados, puedes disminuir considerablemente los efectos de la menopausia en la piel.

● Neovadiol Meno 5 Bi-Serum Peri y Post-Menopausia: Este sérum cuenta con una textura fresca y de rápida absorción, por lo que no resulta grasa ni pegajosa. Está compuesto por una combinación de Proxylane y extracto de Cassia para compensar los efectos de los cambios hormonales en la piel durante la menopausia.

 

Además, contiene niacinamida antioxidante, ácido glicólico, omegas 6-9 nutritivos y vitaminas Cg y E. Los principales beneficios de este producto son el aumento de la suavidad en la piel, mayor firmeza, unificación en el tono, nutrición intensa y aumento de la luminosidad. Para aplicarlo de forma adecuada, agita bien el sérum antes de la utilización y échalo dos veces al día antes de la crema, evitando el contacto con los ojos y labios.

 

● Neovadiol Crema de Día Antiflacidez y Rellenadora Post-Menopausia: Este bálsamo nutritivo no es comedogénico y tiene una fragancia floral ligera. Está elaborado para recuperar la pérdida de lípidos, corregir la apariencia de las arrugas y reafirmar la piel. Aplícalo por la mañana en el rostro, la mandíbula y el cuello, evitando el contorno de los ojos.

 

● Neovadiol Crema de Noche Reafirmante y Rellenadora Post-Menopausia: Después del bálsamo de día, la rutina de cuidados se completa con un bálsamo nocturno ultranutritivo y calmante. No causa comedones y tiene una fragancia floral muy ligera.

 

En su fórmula encontramos Proxylane para combatir los efectos visibles de la menopausia en la piel. Además, cuenta con omegas 3-4-9 procedentes del aceite de salvado de arroz natural. La finalidad es nutrir con intensidad y ayudar a suavizar el rostro, recobrando la comodidad en tu propia piel. El método de aplicación es por la noche sobre la cara, la mandíbula y el cuello, evitando el contorno de los ojos.

 

Para completar la rutina de cuidados, te aconsejamos que utilices dos productos para zonas específicas y sensibles del cuerpo:

 

● Neovadiol Peri & Post Menopausia Cuidado de Ojos y Labios de Vichy: Esta crema es perfecta para la piel frágil del contorno de los ojos y los labios. Tiene una textura muy ligera, aterciopelada y no pegajosa para que se absorba rápidamente.

 

Está elaborada con Proxylane y extracto de Cassia con el objetivo de potenciar la densidad de la piel. Además, cuenta con ácido hialurónico para hidratar la piel, rellenar las líneas de expresión y las arrugas. Para completar la nutrición, tiene niacinamida, omega 3-6-9 y agua volcánica de Vichy. Aplícala sobre el contorno de los ojos por la mañana y por la noche con un masaje suave y después de haber utilizado Neovadiol Meno 5 Bi-Serum. Este producto debe echarse antes de la crema Neovadiol de día o noche.

 

● Desodorante Clinical Control 96H de Vichy: Este desodorante está elaborado con una fórmula transpirable que aporta suavidad y comodidad a la piel. Cuenta con activos antibacterianos con zinc purificante para mitigar los olores desde la raíz. Además, controla la sudoración excesiva, tiene un tacto seco 96H, alberga efecto antiolor y antihumedad. Para aplicarlo solo tienes que frotarlo sobre las axilas limpias y secas.

 

Como puedes ver, la menopausia es un proceso irrefrenable, pero existen formas para mitigar sus efectos como los sofocos y la sudoración. Tan solo necesitas paciencia y constancia a la hora de llevar a cabo la rutina de cuidados.