La menopausia trae consigo una serie de cambios en tu cuerpo que vienen acompañados de cambios en tu mente y en un órgano en especial, la piel. Entender por qué se producen estos cambios, creemos que es algo esencial para ti y para tu salud. Sólo cuando entendemos algo, somos capaces de sobrellevarlo. Y, sobre todo, entender por qué los efectos de la menopausia provocan cambios en nuestro cuerpo y nuestro humor cambia nos puede ayudar a reconfortarnos como mujeres.
Hay que tener en cuenta, que la menopausia es un proceso personal. Ninguna mujer lleva la menopausia de igual manera. Está fuertemente vinculada a tu genética y una parte muy importante de su desarrollo tiene que ver con tu herencia familiar. Muchos de tus órganos se verán afectados, pero la mayoría de ellos no tendrán ningún problema para adaptarse a los nuevos cambios. Sin embargo, hay un órgano con el que tienes que tener especial cuidado y mimo, tu piel.
Los efectos de la menopausia en tu cuerpo están intrínsecamente relacionados con tus cambios hormonales. Las hormonas dominan los estados de ánimo y cuando llega la menopausia, se descontrolan completamente. La disminución de la función ovárica provoca desequilibrios que afectan a los procesos biológicos naturales de regeneración e hidratación afectando a tu cabello y a tu piel. Además, lo que ocurre es que algunos de los componentes de tu piel y de tu cabello, empiezan a reducirse progresivamente, algunos incluso llegan a desaparecer, dejando tu piel y tu cabello, desprotegidos ante los ataques externos. En el caso de tu piel, no es que deje de funcionar, sino que pone todo su esfuerzo en adaptarse a los cambios internos, dejando de prestar atención a los fenómenos externos que pueden afectarla directamente.
Es cierto que tu aspecto va a cambiar, pero la menopausia viene también acompañada de la madurez, y madurar es de las cosas más gratificantes que pueden ocurrir. Eres más segura en tus decisiones y, sobre todo, lo más importante, te conoces mejor a ti misma.
La relación con tu piel durante la menopausia
Dicho esto, cambie tu aspecto o no, uno de los efectos más directos de la menopausia es que tu piel se va a tornar diferente. Una de las primeras cosas que vas a notar es que tu renovación celular va a ser más lenta, provocando que se deterioren los procesos de hidratación y regeneración como comentábamos anteriormente. La elasticidad y la luminosidad se irán apagando también progresivamente. Estos efectos se deben a la pérdida de colágeno, que provoca la flacidez facial típica, que viene acompañada de la incapacidad que empieza a tener nuestra epidermis para retener agua y por trastornos en la microcirculación, degradación de las fibras elásticas, la glicación y la consiguiente disminución de la producción de sebo por parte de nuestra piel.
Hay que decir aquí, que hay mujeres que en el proceso de perimenopausia (el período previo a la menopausia) ya empiezan a experimentar una serie de cambios negativos, que en la mayoría de los casos van ligados a la sequedad excesiva de la piel.
En cualquier caso, durante la menopausia, tu piel suele pasar por estos tres estados: flacidez, sequedad y sensación de picor constante. Estos estados no son de extrañar, teniendo en cuenta que el envejecimiento de la piel de la cara es uno de los efectos más típicos que se aprecian en mujeres que se encuentran ya en estado de postmenopausia.
El colágeno y la menopausia
El principal factor que propicia todos estos cambios en la piel, como hemos dicho es la reducción del colágeno. Acompañada de la atrofia y la sequedad. La piel va perdiendo firmeza y esto provoca la aparición de las arrugas. La zona del entrecejo y las líneas de expresión de la cara pasarán de ser algo estacional a convertirse en algo permanente. La punta de la nariz, el contorno de los ojos y el tamaño de los poros también se suelen ver afectados, descendiendo en el caso de la nariz y aumentando en el caso del contorno.
Los efectos de la menopausia se agravan mucho más al descender los niveles de Ph de la piel, a la carencia de los lípidos epidérmicos y, sobre todo, al deterioro del ácido hialurónico. Este ácido es esencial para mantener la piel hidratada y firme. La enzima principal de la que está compuesto comienza a hacerse especialmente sensible a la degradación.
La piel irritada se convierte en un factor común que suele acompañarse de la tan citada sequedad y de una falta de capacidad de cicatrización que se suma al consiguiente empeoramiento de enfermedades cutáneas como pueden ser los eczemas o las rosáceas preexistentes en nuestra piel. La piel tirante tras la ducha o tras un tiempo en el agua, la descamación de la piel o la aparición de grietas en manos y pies. También, a veces aparecerán hematomas sin haber recordado golpearte, no te preocupes porque son la causa de la pérdida de colágeno, de los glicosaminoglicanos (GAGs) y del agua.
Puede que te aparezca más vello en la cara y menos en el cuero cabelludo, en la cara se localizará en el labio superior, en la mandíbula y en la barbilla. En el caso del pelo, puede que se produzca una regresión de la línea frontal. Por último, los picores y el cambio de tono de piel son también algunos de los síntomas de la piel seca durante la menopausia.
Estos síntomas están protagonizados por la ralentización de la renovación de los queratinocitos, las células que constituyen casi en su mayoría la capa superior de la piel, la epidermis. Esto provoca la acumulación de las células envejecidas en la superficie de nuestra piel.
La falta de hidratación es la clave de todo este proceso, lo común es notar la piel irregular, con picores, con más arrugas visibles. Enrojecida, con sensación de quemazón. Tienes que ser especialmente cuidadosa con los productos que utilizas para hidratarte porque la ralentización de todos estos procesos se consigue con un buen cuidado de la piel.
Cuidados de tu piel a tener en cuenta durante la menopausia
Existen una serie de rutinas que puedes empezar a seguir para reducir todos estos síntomas. Es muy importante que sepas cómo cuidar tu piel durante la menopausia. Lo primero de todo es que no debes olvidar lavarte la cara todos los días. El agua micelar suave Pureté Thermale 3 en 1 de Vichy es un limpiador sin olor que asegurará una limpieza para una piel seca y sensibilizada. Después, el siguiente paso siempre es aplicar una buena hidratante de manera generosa. A ser posible que contenga ácido hialurónico y humectantes como la Glicerina. Aplícalo en cara y cuerpo siempre que notes tu piel seca. Vichy Neovadiol es nuestra recomendación, y lo conveniente, es aplicarlo como mínimo dos veces al día.
Los productos para cuidar la piel ricos en ceramidas y en Omega3 y 6, como son la Manteca de Karité o el Aceite de fibra de arroz o del Cártamo, son los más indicados. Ayudan a reparar los niveles bajos de grasa, que son los encargados de la flexibilidad de la piel. Una vez al día, también te recomendamos una exfoliación suave, que fomente la renovación celular y limpie también de paso los poros. Tu tipo de piel condicionará si la exfoliación que te debes aplicar es enzimática, física o con productos que tengan como base el ácido glicólico. Te recomendamos que tengas muy en cuenta la salud de tu piel, utilizando productos como cremas o sérums que contengan Retinol, fitohormonas, aminoácidos, Vitaminas E, C y A, péptidos y otras moléculas que revitalicen tu piel. Y por supuesto, deberías incluir en tu rutina diaria, el uso de un protector solar de amplio espectro. No debemos olvidar, que el sol es uno de los factores que más daña nuestra piel.
Por último, te damos una serie de consejos que pueden ralentizar todos estos efectos. Cuando nuestro rostro tiene un aspecto diferente, solemos sentirnos más inseguras. Para ello, evitar la ingesta de alcohol y dejar de fumar si eres fumadora, es clave. El alcohol y el humo dañan irremediablemente nuestra piel, además de tener otros efectos negativos en nuestro organismo. Intenta llevar una dieta sana, equilibrada y variada en la medida de lo posible, consumiendo mucha fruta y bebiendo siempre mucha agua. Hacer deporte de manera regular y establecerlo como rutina en la semana, es otro factor clave para evitar la oxidación de nuestra epidermis.
Ahora que ya sabes cuales son los efectos de la menopausia en tu piel, no dudes en empezar a mantenerla hidratada el mayor tiempo posible. La clave de mantener el rostro sano, es mantenerlo correctamente nutrido.